miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Carta

Querida madre,

Sé que aunque estuvieras aquí estarías preocupada por mí, con que más lo estarás ahora, donde quiera que estés. Que desde que volví de las puertas de la muerte, he descuidado mis obligaciones, mis deberes contigo y con el resto del pueblo. Aún estoy recuperándome de algunas de mis heridas, pero es cierto que los novicios de la Capilla del Lamento del Sur ya han sanado con sus plegarias a Hextor las más graves, y que en realidad no busco más que excusas, que ya podría haber vuelto junto al resto del pueblo al otro lado de la muralla interior. Pero no puedo hacerlo. Perdóname madre, pero no puedo.

Durante las últimas semanas han sobrevenido acontecimientos aterradores, tragedias como nuestro pueblo no había conocido nunca. Desde que el amo Kane, ese tirano mil veces maldito, volviera de su batalla contra los elfos oscuros con ese extraño grupo de acompañantes, las cosas se han precipitado. Hemos pasado por momentos muy peligrosos, hemos perdido a muchos, realmente hemos llegado a pensar que estábamos condenados sin remedio. Y, sin embargo, es ahora, a raíz de todo esto, que puedo decir por fin que me siento vivo. Que he encontrado mi lugar en el orden de las cosas. Que por una vez dejo de ser una oveja y empiezo por fin a tomar las riendas de mi propio destino.

Todo comenzó cuando Siler y los demás trajeron a aquella extraña muchacha al pueblo, acusándola de haber matado a toda la familia de Horatis en su propia casa, usando algún tipo de magia o ritual demoníaco. Todo el pueblo se volvió loco por la sangre de una chica que parecía incapaz de hacerle daño a nadie, menos aún a una familia de leñadores grandes y fuertes como eran Horatis y sus hijos, acusándola de haber venido de las Tierras Yermas y de haber traído con ella la maldición a nuestro pueblo. Recuerdo haberte rogado para que me ayudaras a salvarla, y ahora me siento avergonzado de no haber tenido yo mismo el valor para haber hecho frente a la locura de Melarius y sus fanáticos. Pero no fue así, las piernas se me paralizaron y mi propia voz se extinguió en mi garganta. Tuvieron que ser el amo Kane y sus compañeros quienes salvaran a la muchacha, que más tarde se daría a conocer como Jhavien.

Sus compañeros… un grupo tan heterogéneo como imponente pero, que encontré irresistiblemente intrigante. Empezando por Tarja, la mujer leprosa que luego descubrimos que no era tal, sino algo mucho más extraordinario. La única que me ha tratado como el hombre adulto que soy ya y que ha sabido ver más allá de mi origen campesino. Pero las sorpresas que se hallaban entre sus acompañantes no habían hecho sino comenzar: desde el temible y enorme hombre lagarto, Medrash, de voz tan poderosa como mortal su hacha, un troglodita de las montañas según identificó una amnésica Jhavien, hasta el aún más grande semigigante de las tribus bárbaras, el silencioso Des-an, que aparentemente ha llevado una vida de esclavo no muy diferente a la nuestra todos estos años. Incluso el terror negro llegó con él, en la forma de la mortal asesina drow. Si bien no puedo reprimir los escalofríos cuando la tengo cerca al pensar en las atrocidades a las que acostumbra su raza, no es menos cierto que verla combatir es como ver un espectáculo de danza, grácil y rápida, aunque letal para sus oponentes. Y por supuesto le acompañaba también su fiel perro rabioso, el asesino personal del amo cuando es demasiado cobarde para impartir él mismo justicia, Luca.

Pero fue gracias a este dispar grupo que sobrevivimos a aquella noche. A ellos y al curioso hombrecillo que llegó con la oscuridad, Kurt, el gnomo, una raza mística que ni siquiera había oído nombrar nunca, y que nos trajo el aviso de la banda de bárbaros pieles verdes que se acercaba al pueblo. Nos dio tiempo suficiente para prepararnos, montar las defensas, preparar las armas, esconder a mujeres, ancianos y niños. Y por fin pude luchar con el arco en mis manos contra un enemigo real, defendiendo a los míos, y hacer valer así las horas que pasó papá entrenándome en su uso. Sé que no querías que luchara, que sufriste lo indecible por temor a que me pasara algo. Yo mismo estaba aterrorizado en un principio y apenas pude tensar la cuerda en mi primer disparo, cuando los dedos me temblaban negándose a obedecerme. Pero si no luchábamos todos moriríamos esa noche, eso lo sabía bien, y cuando el calor de la batalla comenzó a recorrer mi cuerpo y una de mis flechas abatió a uno de los enormes orcos, sólo tuve que dejarme llevar por la adrenalina. Apenas recuerdo con claridad lo que ocurrió después, únicamente fogonazos, retazos de imágenes cuando aquél asesino goblin mató a Marcy en la torre y como Des-an me salvó entonces degollándolo con sus garras metálicas. Recuerdo el abrasador fuego, los gritos, los tambores, el furioso rugido del ogro… y que al acabar, eufórico cuando los pieles verdes restantes se retiraron, sentí que me había convertido por fin en un hombre. Que ya no era un crío asustadizo. Que estaba dispuesto a luchar por mí y por los míos.

Por ellos, cuando a la mañana siguiente ese miserable y altivo paladín de Hextor, ser Rao, llegó al pueblo para llevarnos a todos en un peligroso y largo viaje a la Capilla del Lamento del Sur, no dudé: sabía que tenía que seguir luchando y hacer todo lo que estuviera en mi mano, por poco que fuera, para que llegáramos sanos y salvos a la ciudad. Afortunadamente para nosotros, el grupo de viajeros que nos salvó de los orcos decidió también acompañarnos, si bien cada cual por sus propias razones.

El viaje fue largo y costoso, y varios de los más débiles y ancianos cayeron enfermos. Esa cerdo egoísta de ser Rao intentó convencer al amo de dejarlos atrás, incluido a Tarja y Lyshanna, la drow, que por entonces aún fingían ser leprosas para ocultar así su secreto. Afortunadamente, para el amo aunque no seamos más que ganado, seguimos siendo su ganado, con lo que se negó a seguir la idea del paladín. Claro que, a pesar de sobrevivir también al ataque de varios bandidos, eso no nos salvó del desastre, que aguardaba solo unos días más allá, al cruzar el puente del gran cañón. Allí fue donde nos separamos, madre, y donde crucé las puertas de la muerte sólo para atravesarlas de nuevo minutos después, arrastrado de vuelta por aquella voz cálida y melancólica.

Los Cosechadores de Sangre parecieron atacarnos de todas direcciones a la vez. Cuando avistaba a uno y conseguía siquiera dispararle, dos más aparecían al lado. Los hobgoblins estaban por todas partes, bien equipados, grandes y astutos, al contrario que sus descerebrados y salvajes primos… En medio del caos, otra oleada más de jinetes al mando del que parecía su cabecilla, montando sobre un enorme lobo negro, se lanzó sobre nuestra retaguardia, y sólo pude ver impotente como echaban las redes sobre vosotros y te arrastraban junto con varios aldeanos más, entre gritos desesperados, alejándose fuera del alcance de mis flechas antes siquiera de que pudiera reaccionar. Pero no podía dejar de mirar cómo se te llevaban, madre, a ti, la única familia que me queda… y eso le bastó a uno de sus arqueros para alcanzarme. No una, ni dos, sino tres flechas me alcanzaron en apenas unos segundos. Un dolor agudo sacudió todo mi cuerpo, incapaz siquiera de distinguir dónde me habían alcanzado. Moría, madre, y mi única satisfacción era ver, de rodillas desde lo alto de la torre, cómo Lania, o quién aparentaba ser Lania, apuñalaba al amo Kane y éste se desangraba rápidamente en el suelo… igual que estaba haciendo yo en ese momento.

Pero el destino no quiso dejarme morir en esa ocasión. Un cántico, una melodía, la voz más calmada y fascinante que había oído jamás, me hizo dar la espalda a la oscuridad y volver a la luz. De pronto me encontraba entre los brazos de una Tarja llorosa y desesperada, y me pareció la visión más hermosa que había visto nunca, a pesar de los cuernos retorcidos o de sus insondables ojos rojos. Más tarde supe que quién me había traído de vuelta había sido aquella a quien a punto estuvimos de quemar por demonio, Jhavien, que había anclado mi alma a mi cuerpo antes de que lo abandonara por completo. Lo mismo hizo por el buen Des-an, y desgraciadamente también por Kane, aunque en su caso debió de haber penetrado más profundamente en el reino de la muerte y su vuelta le dejó secuelas físicas notables; una piel blanca como la ceniza que espero le marque para siempre. Por supuesto, cuando le agradecí a Jhavien el haberme salvado, ella negó confundida el haber hecho nada.

Atontado y desesperado por haberte perdido en las garras de los esclavistas, y exhausto además por la traumática experiencia como estaba, apenas recuerdo el final de nuestro viaje: sólo que me llevaron dentro de la propia Capilla del Lamento del Sur con ellos, mientras el resto del pueblo debía establecerse en el pueblo exterior. Sólo sé lo poco que me contaron Tarja o Medrash, y de lo que me pude enterar escuchando en los pasillos de la Capilla. Que Jhavien había sido encerrada en los calabozos y que el pequeño Kurt se había encerrado con ella para protegerla. Que la Reina Zhane de Alexandría, unos de los reinos de Arheos, se encontraba en la ciudad. O que durante el espectáculo que ofreció el macabro Carnaval Negro alguien del séquito de la reina se escabulló hasta el cementerio e intentó activar una extraña maquinaria en la cripta del más grande de los Apóstoles Negros, siendo detenido de nuevo por la intervención de Tarja y los demás. Ojalá hubiera podido ayudarles entonces, ayudarla a ella…

También he descubierto que a pesar de los amigos y aliados que pueda tener el amo Kane en la Capilla, en la forma de la inquisidora Keira, no carece tampoco de enemigos, como el León Marino, Lord Mardred, o su misterioso compañero, el mago de Saruun Lord Valdemaar. Desgraciadamente parecen todos ellos tan crueles como el propio amo. Pero todo ello palidece de importancia ante lo que ha sucedido esta mañana: Jhavien ha desaparecido de su celda, por lo que parece, y por increíble que suene, fugándose ella sola. Sólo ha dejado una nota al amo, según me ha relatado Tarja, que iba a buscar a mi madre, y que si la querían a ella, debería encontrar entonces a los siervos por los que no pensaba mover un dedo. Van a buscarte a ti madre, a la mismísima Montaña que Hiende el Cielo, el Laberinto de Espiratrueno. El Arconte Lord Marklath se lo ha ordenado a Kane y sé que los demás también le acompañaran, cada uno de nuevo con sus propias motivaciones.

Pero me es igual porqué quieran hacerlo. Sé que al menos Tarja y Kurt sí se preocupan por su destino, y que yo he tomado mi decisión. Iré con ellos madre. Voy a tu encuentro… y rezo a Avandra porque este no sea el último viaje que emprendamos nunca.

Tiro

6 comentarios:

  1. Y aquí está el resumen prometido, aunque un poco especial para no hacerlo muy coñazo. Espero que os guste, que yo no tengo ningún talento para la literatura!

    Alberto, no sé como hacer para que aparezca sólo un trozo en la primera página y el texto entero sólo cuando pinchas, edítalo si puedes hacerlo, ¿vale?

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  2. Jeje, enhorabuena por dar el primer paso. Me ha gustado mucho la forma de resumir la última misión. Lo que comentas de hacer que se oculte/muestre al clickar no es muy ortodoxo, como está está bien. Lo que sí vendría genial es adjuntar aquí el dibujo de Fer de todo el grupo.

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  3. Bueno, para un relato que publica el master, habrá que hacerle un poquito la rosca. La verdad es que está bien, sobre todo para el tiempo que hacía que no escribías. Y que pena le da a Kane la pobre opinión que tienen de él. Le ha dolido en la patata, que conste. Pero con lo majo que es... bueno, al menos comparado con el resto de los alastores, claro.

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  4. Buen resumen, sí señor, y para los personajes que se apuntaron a mitad de la partida (bueno, personaje) es una visión global de la trama muy útil. Y no sé por qué, me parece notar la influencia de un tal George R. R. Martin... :P
    Kurt

    PD: Kane, no sabía que fueras tan "brillante". Una drow podría pintarse la línea del ojo mirando su reflejo en tu... armadura. ejem.

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  5. Un formato original y muy ameno. Que no se te vuelva a ocurrir decir que no tienes talento escribiendo!

    Tengo que confesar que la parte final del resumen (los 3 últimos parrafos) no me han quedado claros y les recuerdo peor (falté a alguna partida?).

    Un abrazo!
    Tiro for president! xD

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  6. Joe, la verdad es que muy bueno el resumen, si señor, y todo correcto, Si Victor dice no recordar alguna parte, posiblemente se deba a que no estaria o no presto atención, porque estaba ocupado en otras cosas, pero de todas formas, si no recuerdo mal, algunos de los personajes no fueron participes en todas las conspiraciones que se tramaron en la capilla, con lo cual es posible que tu personaje no lo sepa realmente.

    Pero el resumen cojonudo, se te pueden dar puntos de heroe para tus PNJ?

    A proposito, para el domingo, recordar que acababamos de subir a nivel 4 todos, con lo cual nada mas llegar deberiais revisar vuestras mejoras, para no olvidaros de usarlas en los primeros combates.

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