viernes, 30 de octubre de 2009

Alas de Dragón III

Aquel habría sido el fin de aquellos valientes aventureros si no hubiera sido porque preocupados después de tres días sin saber nada de ellos Daemigoth, Denai y Cora decidieron partir en su búsqueda, conscientes de que ya deberían haber regresado. El camino también fue duro para este nuevo grupo, que sufrieron una emboscada por parte de un gran grupo de Kobolds, pero tuvieron la fortuna de encontrarse con Xhaena, una druida elfa de gran poder, la guardiana de aquel bosque. Xhaena curó sus heridas e hizo que les acompañara su ayudante, Saiban, un explorador humano. Siguiendo los pasos de sus compañeros atrapados, los cuatro se adentraron en las catacumbas enfrentándose a sangre y fuego a todas las criaturas que les salieron al paso. Finalmente, y en mitad de un duro combate contra unas Mantas Oscuras, lograron reunirse con sus compañeros, que estaban en ese momento a punto de ahogarse.
Después de un largo y merecido descanso, los siete continuaron adentrándose en la larga red de túneles, infestados de arañas gigantes y no muertos, a lo largo de varios días, ya que cada poco tenían que detenerse a descansar para reponerse de sus heridas y que Garret recuperara sus conjuros de sanación. Finalmente llegaron ante la cámara donde les esperaba aquel que había robado el rubí, custodiada por un gran grupo de esqueletos, liderados por un esqueleto más grande, posiblemente de un ogro. Este esqueleto logró acabar con la vida de Saiban, antes de que Garret lograra canalizar su poder divino para inmovilizar a aquellas abominaciones. Sin embargo, aquello fue sólo el principio de un duro combate, ya que tras las puertas que los esqueletos custodiaban se encontraba el que sería la primera Némesis del grupo, el nigromante llamado Dark Smare, junto con su mascota, una monstruosa hidra, que pese a ser una de las más pequeñas de su especie, a punto estuvo de acabar con los valientes compañeros, y de hecho logró matar a Garret. Cuando la hidra fue finalmente reducida, su maestro optó por huir, aunque no antes de dejar caer a propósito el rubí. Ya no lo necesitaba, había logrado liberar la energía negativa, aquella que sustentaba a los no-muertos, que la gema contenía. Saquearon todo lo que de valor encontraron y regresaron a Alexandria.
Tras devolver la gema, la recompensa fue decepcionantemente mísera, insuficiente para pagar la resurrección sus compañeros muertos, que costaba una pequeña fortuna, pero, por fortuna, la princesa Neivah, la heredera al trono, se apiadó de los aventureros y les entregó algunas de sus joyas, con las cuales pudieron pagar la resurrección.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Nueva viñeta

Hoy, aprovechando que he subida una nueva viñeta al blog, comentaré las situaciones que propiciaron ambos gags cómicos.

En la primera viñeta, el locuaz Tanis (Advanced D&D), un personaje de un antíguo amigo nuestro, se describió así mismo como alguien que viste piel de gamo y es introvertido. Así de frío, directo. La coña fue evolucionando hasta quedarse en que vestía piel de gamo introvertido (total, dos palabras menos...). Desde entonces todos los gamos del bosque de dagora son mucho más sociales y parlanchines, para evitar que un semielfo con cara de pocos amigos los cace para hacerse una capa :P.



La viñeta que acabo de subir posiblemente os suene a la mayoría. Se trata de una de las numerosas frases para la posteridad que nos ha dejado Jacobo en el D&D, esta vez en la piel del samuray Rioka (D&D 3.5). Ahora mismo no recuerdo exáctamente la escena (completadla si os acordais), pero básicamente, Rioka discutió acaloradamente con otro personaje, que acabó por escupirle a la bota. Después de esto le espetó:
"Tienes muchas agallas"
Y Rioka le contestó: "Y las botas sucias"

Simplemente genial.

Y las botas sucias...

martes, 20 de octubre de 2009

Alas de Dragón II

Garret fue reclamado al palacio, donde la obesa e histriónica reina Zane de Alexandria en persona le encomendó la misión de recuperar la Piedra Rosseta, un gran rubí propiedad de la familia real, que había sido robado. Dado que el culto a Shiva no era el oficial de la ciudad y el clérigo dependía de la buena voluntad de las autoridades para poder seguir predicando, no pudo negarse. Las pistas llevaban a las catacumbas de un antiguo monasterio abandonado en mitad de un bosque que había al sureste de la ciudad.
A Garret le acompañaron Thorcrim y Gilian, que buscaban aventuras, por lo que no tuvieron inconveniente en sumarse a la búsqueda, esperando una jugosa recompensa si lograban recuperar la joya. Sin embargo, la búsqueda fue complicada, pues tanto el bosque como las cavernas resultaron estar cuajados de peligros, tanto trampas y no-muertos como la fauna local. Finalmente los tres quedaron seriamente heridos y con Garret, el único que poseía el poder de sanar, inconsciente tras un duro combate. Pero lo peor fue que de repente las puertas de la sala donde se encontraban se cerraron con unas pesadas losas de piedra, y se abrieron unos pequeños agujeros por donde empezó a salir agua. De este modo quedaron atrapados en una habitación que se llenaba lentamente de agua, sin posibilidad de pedir ayuda y condenados a morir ahogados.

lunes, 19 de octubre de 2009

Dragones, II

Uno de los dragones había chocado contra las rocas de la gruta. Gimgolas, Dean, Ancalagón y yo comenzamos de inmediato a empujar las grandes hojas de piedra que nos bloqueaban el paso. Deberían pesar varias toneladas, las abrimos en unos segundos. A la par que atravesamos la entrada, una enorme cabeza roja asomaba entre las rocas y nos lanzó todo el fuego del que eran capaces de producir sus milenarias entrañas. El fuego nos rodeaba, nuestras ropas ardían, nuestra piel se ennegrecía.
La consciencia pugnaba por abandonarme. Antes de cerrar los ojos pude ver cómo el resto del grupo caía humeante en las frías baldosas de piedra, menos uno de nosotros. La dama plateada, Kaly, avanzaba a trompicones hasta el altar. Su enorme fuerza interior, fruto de la unión de su linaje de dragón y la fe en los derrocados dioses la permitió alcanzar el altar en el centro de la sala. Finalmente su cuerpo ganó la batalla contra su espíritu y cayó inerte sobre la losa milenaria.
Hubo unos interminables segundos en los que el tiempo pareció detenerse. Los rugidos provenientes de fuera del templo me parecía lejanos y una tenue luz comenzó a rodear nuestros cuerpos, como si se tratase del abrazo de un espectro. Dejamos de sentir dolor. Nuestras heridas comenzaron a cerrarse y nuestro equipo parecía refulgir como recién salido de la forja. Y entonces un relámpago recorrió todo mi cuerpo. Mi cabeza empezó a funcionar 100 veces más rápido. Mis brazos recuperaron su fuerza y determinación. Mi corazón recuperó el aplomo... Y yo, sonreí.
Desenvainé las dos katanas sujetas a mi espalda, sorprendiéndome por su repentina ligereza. Y ante la mirada atónita de mis compañeros, que empezaban a levantarse dije:
“A por ellos, el de piel oscura es mío”

martes, 13 de octubre de 2009

Dragones, I

Estábamos exhaustos, heridos, hambrientos. Corríamos, ocultándonos entre las rocas de la escarpada ladera con la mirada fija en la entrada del templo, oculto en lo más profundo del valle. Cada vez que las enormes sombras nos sobrevolaban nuestros corazones se encogían y el ya escaso ánimo se esfumaba. De vez en cuando teníamos que saltar tras una roca o una grieta en la tierra para esquivar las bocanadas de fuego que escupían los dos dragones rojos que nos acosaban desde las alturas. Desde nuestra posición hasta la gruta que marcaba la entrada al templo había media milla de terreno descubierto.
Todo indicaba que acabaríamos pereciendo en ese valle sin alcanzar nuestro destino, el templo de los antiguos dioses. Nada podíamos hacer contra las criaturas que nos perseguían. Nuestras armas, llenas de mellas y herrumbre resultaban inútiles contra las gruesas escamas de los dragones. Nuestras armaduras, que habían perdido su esplendor, se derretían al contacto con las llamas de sus fauces. Y yo era una afortunada. Smalltree estaba demacrado, parecía al borde de la muerte. Ceridam farfullaba plegarias nunca respondidas por su dios. Gwen apenas podía blandir su espada... Sólo Dean parecía en forma, sus extraños poderes no lo habían abandonado, pues su procedencia era disntinta a los del resto de compañeros.
Nuestra determinación renqueaba. Nuestros dioses habían caído, y nosotros lo haríamos de un momento a otro.
En ese momento de duda, cruzamos nuestras miradas. Un fugaz gesto de asentimiento nos bastó, habíamos tomado una decisión, llegaríamos hasta el final o moriríamos en el intento. Abandonamos nuestras coberturas hacia las rocas que albergaban el templo. Corrimos como alma que lleva el diablo, haciendo caso omiso a las explosiones que cristalizaban el suelo y las rocas a nuestro paso, ignorando el dolor de las quemaduras que mordían nuestra piel.
Los dos enormes dragones nos perseguían a apenas unos metros de distancia. Notábamos sus intentos de aplastarnos con sus garras, pero la suerte o el destino nos permitió seguir corriendo. Al fin llegamos. De un salto caímos dentro de la estrecha gruta que daba paso a las puertas de piedra del templo, al tiempo que una nube de polvo y rocas nos envolvió junto a un gran estruendo.

sábado, 10 de octubre de 2009

Memorias del Abismo I.c

El otro grupo de personas que combatió a mi lado lo conozco mucho menos, y no sólo por llevar menos tiempo con ellos, si no además por la extraña cultura de la que procedían: oriente. Y es que me cuesta recordar un solo momento en el que nos hallan hablado de su vida, su pasado o simplemente sus emociones.
La primera de estas personas era la noble Oyumi, heredera y única superviviente del clan de los Grulla. Era una chica muy delicada e introvertida, me daba la impresión de que toda su vida había sido destinada a convertirse en la líder del clan, y cuando todo esto desapareció el choque fue demasiado para ella. Pensaba, y creo que no era el único, que esa chica no sabía hacer nada que no fuese hablar con otro noble, pero es evidente que nos equivocamos. Al perder a su familia y su pueblo no dudó en unirse a nosotros para vengarse de los que habían cometido esa atrocidad y evitar que otros pueblos sufriesen lo mismo que había sufrido el suyo. Y para hacer esto luchó y soportó como cualquier otro miembro del grupo sin que la viese arrugarse en ningún momento.
Y al hablar de lady Oyumi es inevitable hablar también de su inseparable guardaespaldas (y quizá algo más), Riogi. El motivo por el que se unió a nosotros es simple, vino Oyumi, y al parecer su padre le dijo antes de morir que la protegiese. Creo que era el menos hablador de todos, incluso hasta el punto de que siquiera conseguía decir más de dos palabras seguidas a Oyumi. Y de él poco más puedo decir, salvo que era un valiente guerrero entregado por completo a su misión.
Y para acabar me queda la misteriosa Akami. Tampoco crucé más de dos frases seguidas con ella (a veces pienso que en Suryamar la gente se comunica mediante olores o algo así), y la mitad de las veces que me dijo algo fue para recriminarme el haber salvado a Larya. Dejando de lado este asunto recuerdo que solo la vi la cara una vez, y desde entonces siempre ha permanecido con esa máscara ritual del clan del escorpión. La verdad es que pienso que el combate era algo sagrado para ella, su única manera de evadirse de algo que la acosaba. Y cuando estaba consagrada a él era temible.

Una vez finalizado el recuento de mis aliados no me queda otra opción de hablar de los enemigos, el primero de los cuales queda en familia. Efectivamente, el ser que más odio en la vida es a mi propio padre. Supongo que es irónico que no lo haya odiado de niño por haberme castigado por portarme mal y le odie ahora, entre otras cosas, por no haberlo hecho. Y es que si hubiese tenido un padre normal, uno que se hubiese ocupado por su familia, toda mi vida hubría cambiado, mi hermana estaría viva, yo no estaría aquí, e incluso mi madre podría estar viva. Y por supuesto que tampoco le puedo perdonar todo el daño que nos hizo a mí y al resto del grupo: mató a Daphne, arrasó un pueblo solo para llevarme con él..., son demasiados los pecados que le atribuyo y dudo que no haga más que engrosar esa lista con el tiempo.
Profundizando en el ranking de los más odiados se encuentra el nigromante Darksmare. Y motivos no me faltan, pues no sólo intentó que el mundo fuese absorbido por el plano de energía negativa, si no que además tuvo que matar a Valadia para que no se entrometiese en sus oscuros planes. Pensamos que lo habíamos matado cuando lo derrotamos en el desierto de los huesos, cuando consiguió la espada de Khas, pero ninguno de nosotros cayó en que poseía un imp que, al hacerse invisible escapó de nosotros y pudo curar a su maestro. No sé si me volveré a encontrar con él, de hecho no sé si me voy a volver a encontrar con nadie, pero en el caso de que lo haga no le dejaré secapar tan fácilmente.
Y bueno, el tercer lugar no lo ocupa nadie en especial, si no más bien todos los que han hecho que ahora esté en este desierto sin fin: Macda y todos los diablos, Larya y los suyos y en general todos los que intentan manipular mi existencia para que sirva a sus propios fines.
Pero no, a Larya no podría agruparla con todos los demás. Ella es especial, para bien o para mal, y la forma en la que a interferido en mi vida ha sido de todo menos casual. La verdad es que mis sentimientos hacia ella han pasado por todos los estados posibles, del deseo al odio con solo un ligero matíz, y actualmente ya no se ni lo que es para mí. Por una parte me liberó de la ciudadela de bronce del averno, pero por otro lado me marcó como a un perro y me tiró a este paisaje desolado, sin casi ninguna posibilidad de sobrevivir. No sé, respecto a ella me hago un lío, se que la odio, pero ojalá estuviese ahora a mi lado.
Y para terminar sólo me queda el asqueroso desollamentes. Sí es cierto, Knaive Or Sharexy nos “ayudó“ en un par de ocasiones, pero sin duda para llevar a cabo los planes que tenga en mente. Y sinceramente, no me gusta ser un peón de nadie, y menos de alguien con el corazón tan oscuro como el suyo. Supongo que acabaremos luchando contra él cuando definitivamente, nuestros caminos se crucen.
Y llegado a este punto no creo recordar a nadie más que haya dejado una fuerte marca en mi vida, salvo que mi mente haya sido más manipulada de lo que yo pienso, claro está. Será mejor que deje la pluma y reanude la marcha hacia el rojo horizonte. A saber qué peligros e infortunios me deparará en mi larga marcha hacia la libertad.

Novedades!

Si alguno de vosotros a accedido recientemente al blog, habrá apreciado algunas novedades.
La primera de ellas es la inclusión de un nuevo Widget en la parte de derecha en la que se puede ver un pequeño resumen de algunos personajes. Si queréis que salgan vuestros personajes, podéis enviarme por email la información del personaje y si queréis un dibujo.
La segundo y más importante novedad es la aportación del primer colaborador oficial del blog, mi hermano. Su aportación, como no podía ser de otro modo, está relacionada con ir publicando poco a poco la historia del anterior grupo. Espero que esta sección sea de especial interés a jugadores que se acaban de incorporar a nuestra disciplina como Victor, Laura y Fer.

Alas de Dragón I

La historia del grupo que acabaría siendo conocido como las Alas de Dragón comenzó una noche de primavera, cuando un guerrero bárbaro llegó a un cementerio en las afueras de la ciudad de Alexandria, capital del reino del mismo nombre, débil y tambaleante por un conjuro debilitante que un misterioso ser con brillantes ojos rojos le había lanzado.
En el cementerio se encontraba un clérigo de la iglesia de Shiva llamado Garret, junto con su discípulo, Daemigoth, un hechicero
Antes de que tuvieran la oportunidad de ayudarle, se enfrentaron a unos zombies, que aparecieron literalmente del suelo. Aquello fue extremadamente raro, ya que los no-muertos eran más que infrecuentes en aquel tiempo, y más en un terreno consagrado, pero a pesar de ello, los tres lograron reponerse a la sorpresa lo suficiente para despedazar a los cadáveres andantes.
El guerrero bárbaro se presentaría más tarde como Denay, de los páramos del Norte, y aunque fuerte, era algo bajo y delgado comparado con la mayoría de los suyos. Su pelo, era rubio y alborotado, y sus ojos eran de un color azul claro. Llevaba una vieja y sucia cota de escamas con un gorjal que le tapaba casi todo el rostro y estaba armado con un espadón a dos manos.
Garret también vestía una cota de escamas, aunque bastante mejor cuidada, y llevaba sobre sus fuertes hombros una piel de lobo blanco. Con casi dos metros de altura, resultaba imponente, lo que se resaltaba por su atlética constitución, y su pelo blanco y corto. Se defendía con un escudo de madera adornado con el emblema de su diosa, una espada de hielo atravesando una luna en cuarto creciente helada. Estaba además armado con una maza.
Daemigoth, por último, parecía bastante joven, y era bastante bien parecido, atlético, de piel morena, pelo castaño y ojos pardos. Vestía unos simples pantalones de tela y un chaleco rojo, por lo que sólo contaba con su magia para protegerse, y sólo portaba una lanza para defenderse. Quizás por llevar la contraria a su maestro, llevaba en una cinta en su frente el emblema de Wee-Jas, el dios de la magia y de la muerte.
Mientras tanto, tres extraños llegaron, cada uno por su lado, a la misma ciudad, tres personajes bastante diferentes entre sí. Se toparon por casualidad con unos bandidos que trataban de extorsionar a la gente de un pueblo de las afueras de la ciudad, y tuvieron que unir sus fuerzas para poder ponerlos en fuga.
La primera era Gilian, una halfling en busca de aventuras. Al contrario que la mayoría de los de su raza, tenía una expresión bastante seria, y nada en su aspecto denotaba la menor alegría. Era delgada y pálida, con su pelo negro recogido en una simple cola de caballo, y vestía ropas igualmente negras, que incluían un sencillo coselete de cuero, armada simplemente con dos dagas y una ballesta ligera.
La segunda una guerrera elfa de los bosques, exiliada de su tierra tras la larga guerra civil que su reino había sufrido. Su nombre era Kora, y era delgada, como la mayoría de los suyos, con el pelo rubio y los ojos grises. Portaba ropas de elegante confección, y en ningún momento se separaba de su mortífero arco.
Por último, llegó un guerrero enano llamado Thorcrim, de gran estatura para su raza, muy musculoso, aunque con rasgos algo toscos. Su pelo era negro, como su barba, algo corta, lo que indicaba su juventud. Llevaba un martillo de guerra y una pesada lóriga de escamas, así como un gran escudo de madera, además de las herramientas propias de un herrero.

viernes, 9 de octubre de 2009

Personajes: Gilian

Mi historia comienza hace 21 años, cuando nací en una familia de halflings errantes en busca de fortuna en la vida. Comencé a desarrollar mis habilidades muy temprano, incluso para un halfling (para la desgracia de viajeros, comerciantes y aventureros) y pronto comencé a traer unas monedas a casa. Desde pequeña, mis padres me contaban que dentro de mí se desarrollaba con fuerza el espíritu del abuelo Tweek, un antíguo héroe halfling que, según la leyenda, derrotó a las hordas de guerreros y espíritus malignos que atormentaban la tierra por aquellos años. Decían que con la edad sería casi tan habilidosa como él.
Además de contarme innumerables veces todas y cada una de sus hazañas, decían que si un halfling estaba en una situación crítica, el abuelo Tweek se le aparecía para ayudarle, como un caballero rescatando a su princesa. Y yo, creyendo todas estas cosas y muchas otras alcancé los 16 años. Fue por entonces cuando llegamos a una de las ciudades de nuestros sueños, Magistrya, la ciudad del juego, conocida en todo el continente por todo menos la eficacia de sus alguaciles. En pocos días amasamos el dinero que solíamos ganar en semanas. Todo iba excepcionalmente bien, demasiado. Una noche, mientras mis padres hacían el recuento del día y yo supuestamente dormía, una aterradora figura embozada en una capa negra saltó sobre mis padres como una bestia de la noche y los degolló en apenas un instante. Yo, aterrorizada, me quedé mirándolo fijamente, hasta que se dio la vuelta y se cruzaron nuestros ojos. En ese momento contemplé el rostro que ha marcado mi vida hasta ahora. En su mirada vi la satisfacción del psicópata, y aún peor, la carcajada en que se convirtió su rostro al verme allí, arrodillada ante mis padres. No podía creerlo, debía de ser una pesadilla, si aquello fuese real una luz dorada hubiese aparecido anunciando la llegada del viejo Tweek, pero era real, y él no apareció...
Desde entonces vivo sola, peregrinando de ciudad en ciudad ganándome la vida como puedo, adiestrándome en el manejo de las armas, con la esperanza de la venganza, la única posibilidad que tengo de calmar mi alma.




Este pequeño relato describe la historia de Gillian, la seria pícara halfling con la que he jugado tantos años, y al que tengo un gran afecto.
Siempre que creo un nuevo personaje suelo empezar haciendo unos bocetos conceptuales, un dibujo más elaborado con la ropa y equipo y escribiendo algo sobre su pasado que permita al master introducirlo en la partida.
Inicialmente Gillian iba a ser una pícara humana, pero tras caer en mis manos el nuevo y flamante libro "Players Handbook 3", repleto de dibujos a todo color 20 años despúes de la salida de AD&D, acabé por decantarme por una halfling... Y el resultado fue la pequeña y querida por todos Gillian.

jueves, 8 de octubre de 2009

Vuestros personajes: Grupo de "buenos" de D&D 4.0

Bueno, vamos calentando motores. Ahora que parece que he medio captado vuestra atención voy a hacer un post invertido... ¿Cómo, que #*$@%& es eso? Pues como suena, seréis vosotros, querido público, los que debéis dotar de contenido a la entrada con vuestros comentarios. En concreto me gustaría que hiciéseis una descripción, tanto física como de personalidad, de vuestros personajes del grupo "bueno" de la versión actual de D&D. Y para fomentar la participación vamos a repartir premios. Toda descripción que me llegue será recompensada con un dibujo del personaje en cuestión (recordaros que, además de molar, os lleváis un punto de héroe by de face).

A por ello muchachos!

Memorias del Abismo I.b

Otra persona importante en mi vida ha sido Garret. Él fue mi tutor cuando me acogió en su casa y una de las pocas personas dispuestas a escucharme o perdonarme cuando todos los demás solo me tachaban y acusaban. Creo que solo me falló una vez, lastima que fuera cuando caí en las sombras, cuando más lo necesitaba , y él solo miraba. La verdad es que los recuerdos que tengo sobre él son extrañamente confusos y mezclo casi instantáneamente las emociones de amistad y odio. Pero esto sólo confirma la manipulación a la que ha sido sometida mi mente y que no me puedo fiar ya ni de mis propios recuerdos.
A Kayrion lo recuerdo con mayor claridad. Es una persona que apreciaba y respetaba. Por una parte admiro su enorme fuerza de voluntad y la firmeza con la que defendía sus ideales, aunque ello le haya llevado a enfrentarse a mí. Por la otra aprecio la confianza que finalmente depositó en mí, y que a pesar de todo me considerase un amigo. Me pregunto si estará bien allí donde esté, y como actuaría si se enterase de lo que hice.
Thorcrin Iron Chain, el valiente enano. La verdad es que también es una persona que aprecio. He estado con él desde que todo esto empezó, y aunque todo le pilló por sorpresa, como a casi todos, no le he visto vacilar ni una vez, y se que daría su vida por lo que cree justo y necesario (y por el mithhril claro está). Pero sin duda lo más característico de él era su afición por la cerveza y su desparpajo al hablar, algo que tardaré de olvidar, pues consiguió alegrar lo momentos más duros.
Hablando de pequeñas grandes personas me veo obligado a referirme también a la pequeña Gilian. Esa halfling era una caja de sorpresas. En un principio era la más reservada de todos, y aún no se casi nada de su pasado, pero al final se abrió al grupo como una flor. Desde luego era intrépida, y si había algo que la caracterizaba en el combate era su frialdad. De hecho creo que veía la muerte casi como un arte aplicado a sus enemigos, en este punto difiero con ella pero lo que no puedo negar era su efectividad.
Respecto a Kora tengo más bien poco que contar, creo que era una de las personas del grupo que menos conocía, pese a que estuve con ella desde el principio. En un primer momento intenté caerla bien, pero debido a su carácter eso se convirtió en algo poco menos que imposible. Sé que vino a Alexandria buscando a unos elfos pero se poco más de su pasado. Si tuviese que destacar dos puntos de ella estos serían sin duda su carácter impetuoso y deslenguado (algo raro en una elfa) y su mortal puntería con el arco.
Cuando recuerdo a Saldosh recuerdo a otro de mis pocos amigos desde que abandoné Alexandria. Cuando le conocí congenié casi al instante con él, pues teníamos bastante en común (más de lo que en un primer momento pensé) y quería sacarlo de la difícil situación que estaba pasando. Y creo que así lo hizo, pues cuando me lo encontré de nuevo se había convertido en un guerero formidable que por primera vez era capaz de utilizar su licantropía como un mortal don de combate (aunque la utilizase sólo como último recurso), y no como una maldición. Además creo que es la única persona además de Valadia a la que he confesado hasta mis más profundos sentimientos, en especial los que sentía por Daphne.
Y si no me equivoco aquí termino con el grupo de personas con el que estuve casi desde el principio, con los que compartí más momentos.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La primera encuesta

Pues eso, ya está publicada la primera encuesta, pero siento deciros que ésta es un poco aburrida, más para poder mejorar la forma en la que podéis ver el blog que para enriquecer contenidos o echar unas risas. En un futuro espero poner algunas con más chicha.

martes, 6 de octubre de 2009

Los comienzos de Daemigoth, el guerrero dragón

Este dibujo representa a Daemigoth al poco de comenzar sus aventuras con el resto del grupo. Pese al poco tiempo transcurrido desde que abandonó la ciudad en busca de aventuras, Daemigoth ya no es un chaval inocente y sin experiencia. Los acontecimientos vividos, las mil batallas libradas, el contacto con sus compañeros, la sabiduría de Valadia y el amor que siente por Daphne lo han curtido.
Aún no es un lider pero el peso del destino comienza a recaer en sus hombros.

Memorias del Abismo I.a

Algún día en alguna de las infinitas capas del abismo:

Después de pasar lo que pudieran haber sido años encerrado en las entrañas de la ciudad de bronce en el Averno, capurado por los diablos, por primera vez recupero la facultad de pensar. Y mucho tengo que pensar si quiero hacerme siquiera la idea de lo que ha sido mi vida, pues todo lo ocurrido antes de mi captura me parece ya lejano y confuso. De todas formas espero que este pequeño relato ayude a aclarar mi mente ahora que cuento con las hojas de libros ya escritos y una pluma impregnada en sangre, el único líquido que veo en todo lo que abarca la vista. Quiero constar que el orden de aparición de las siguientes personas es simplemente el que llega primero a mi dolorida cabeza.

¿Primero?, es fácil, la persona que mas he querido, la que no olvidare nunca, mi hermana, aunque de ella creo recordar que ya escribí algo y desde luego que lo que siento por ella no ha cambiado.
Avanzando en mis recuerdos me topo de lleno con una un grupo de personas que han marcado mi vida para bien o para mal. La primera de ellas es la bárbara Kehay llamada Danelle, la verdad es que he pensado mucho en ella últimamente, ¿la odio?, quizá, es todo lo contrario de lo que yo soy. Ella se interpuso en mi camino y finalmente acabamos luchando. Y aun sigue, esa lucha no ha cesado en mi cabeza desde que fuí capturado. Pero lo que nunca la perdonaré es haberse metido entre Daphne y yo, no haberme permitido el derecho a ser amado, tal y como yo amé... tal y como ella lo fue con Kayrion. Pero si algo sé es que si algún día regreso a mi mundo solo uno de los dos sobrevivirá, pues somos espíritus opuestos que acabaremos por destruirnos.
Daphne... ese nombre significa mucho para mí desde que lo oí por primera vez. Yo la amé, y ella me hubiera amado de no ser por las intromisiones Danelle. Ya no se lo que siento por ella, no se si puede quedar amor en una mente tan torturada como la mía, y no se si ella podría amar a alguien tan oscuro como yo. En mis sueños he visto su muerte miles de veces, al principio con horror, mas tarde con indiferencia, como si no significase nada para mi. Pero no, eso no me lo conseguirán arrebatar, sí , sé que la amo, pese a lo que ellos quieren decirme. De hecho si caí tan profundamente en las garras del mal fué en parte porque tras su muerte ya todo me importaba menos, menos la venganza. Finalmente sólo me queda añadir que su recuerdo quizá sea lo único que me ha mantenido cuerdo hasta ahora, y si sigo luchando en mi agónica batalla por salir de este sitio es en parte por ella.
Y de Valadia que puedo decir, ella sin duda era especial, fue mi primer amor platónico y después mi mejor amiga, la mejor amiga de todos los que la conocían. Me maldigo por haber intentado matarla, y maldigo a Danelle por no haberme detenido... y a todos los demás por no haber podido salvarla. Ahora que ya no está no sé que pasará con la guerra que se está librando, pero desde luego no nos espera un futuro nada halagüeño. Sólo espero que el sacrificio que hizo por nosotros sirva para algo más que para estar vivos.

Comienzan las memorias del abismo...

Realmente las crónicas comenzaron hace mucho tiempo, cuando un antiguo héroe, mitad hombre, mitad dragón, yacía en lo más profundo del abismo. Fruto de la desesperación comenzó a escribir unos relatos que aún hoy se conservan en un antíguo manuscrito, el Libro del Dragón.
Ése libro agrupa las aventuras, pensamientos, angustias, retratos y datos de muchos héroes, contemporáneos y posteriores a Daemigoth, el Guerrero Dragón.
En este bloq se agrupan algunas transcripciones del Libro del Dragón, incluyéndose retratos de los protagonistas, fragmentos de su vida o reflexiones íntimas de los mismos.
Espero ir colgando poco a poco una selección del material que he acumulado año tras año, además de ir añadiendo nuevos dibujos, relatos y figuras que vaya creando.