lunes, 2 de noviembre de 2009

Dragones, y III

“A por ellos, el de piel oscura es mío”

Atravesamos la puerta a la carrera. Los sorprendidos dragones no tuvieron tiempo de descargar otro aliento sobre nosotros. La voz de Smalltree resonaba autoritaria, mientras pronunciaba palabras arcanas. Los cuerpos de Dean y Gwen comenzaron a brillar con los hechizos de defensa que conjuraban. El poder de los dioses guiaba nuestras armas.
Rápidamente salté sobre una de las patas delanteras del dragón. Comenzó a atacarme con sus fauces y la otra garra, pero mis fortalecidas katanas conseguían desviar sus envites. Entre ataque y ataque avanzaba hacia la cabeza, clavando mis hojas gemelas en el cuerpo de la bestia, ante sus gritos furia. Furia porque un insignificante humano se estaba resistiendo a todo su poder. Al fin llegué al lomo de la majestuosa criatura. Me permití el lujo de observar la escena de batalla. El resto del grupo estaba rodeando al otro dragón. El valle parecía envuelto en fuegos artificiales. Los magos lanzaban rayos de todos los colores al enorme adversario. Los guerreros atacaban los cuartos traseros del animal, que ya flaqueaba y comenzaba a mostrar sus puntos débiles.
Mientras aseguraba mis katanas en su costado, el dragón me alcanzó con sus alas. El golpe me aturdió por unos instantes, suficiente para que la criatura me diese de lleno con una de sus descomunales garras. Salí volando por los aires y mi oponente se abalanzó sobre mí, propinándome garrazos y mordiscos mientras giraba sin control. Apenas podía frenar sus envestidas dibujando trazos sin fin con mis armas, pero finalmente sus fauces acertaron en mi costado. Sus afilados dientes perforaron piel y armadura, y me habrían partido por la mitad de no ser porque conseguí mantener medio abierta la boca del dragón empujando con mis brazos. La presión era insoportable, así que dejé de hacer fuerza de repente, lanzándome dentro de la oscura caverna que era su boca. Su lengua me lanzó hacia abajo e inmediatamente el sistema digestivo del dragón se puso en funcionamiento. Las paredes de su esófago me aplastaban y no me dejaban respirar, pero había conseguido mantener un espacio entre el brazo izquierdo y mi cuerpo, el suficiente para permitirme hacer un último ataque. Mi katana atravesó la pared de músculos y escamas y la presión disminuyó inmediatamente. Ayudándome de los dos brazos, hice un agujero hacia el exterior, mientras la criatura se retorcía de dolor. Comencé a sentir un calor infernal debajo de mí. El dragón estaba lanzando todo el fuego del que era capaz para intentar expulsar a la criatura que le devoraba por dentro. Salí por la gruta abierta rodeada por una bola de fuego, el epitafio de la bestia. Caí al suelo, y tras de mí cayó el dragón, con las últimas llamaradas saliendo por el agujero abierto en su cuello. Mientras, el resto del grupo ya había derrotado al otro dragón y corría hacia mí.
Habíamos vencido, ebrios del poder que habíamos recuperado. La magia, el poder de los antiguos dioses.

3 comentarios:

  1. Un recurso clásico el matar a una bestia descomunal desde dentro (como MIB), aunque la otra alternativa sería algo como Shadow of the Colossus.

    En cualquier caso, tal y como está relatado, da un toque tan épico que me daban ganas de reventar a ostias cada órgano del maldito dragón-come-PJs.

    Casi puedo oler el nauseabundo olor que desprende su estómago hacia la garganta...

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  2. Sí, a este paso los dragones se van a volver vegetarianos, o al menos carroñeros. En cuanquier caso, deberían suprimir a los PJ's de su dieta. No esta mal el relato de todas formas. Quiero decir, para alguien que carece de cualquier clase de talento para el arte de esgrimir las palabras, pero no está del todo mal ;)

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  3. Si bueno, lo curioso en aquella ocasión es que el matar al dragon desde dentro no es un recursos artistico, el dragon realmente se tragó a Shuriyama, y realmente esta se abrió camino desde dentro a traves de la garganta del animalico...

    Y el resto del grupo aunque lo intentó no llegaron a tiempo para ayudar, claro que despues no teniamos muy claro a quien teniamos que haber ayudado, porque el dragon daba penica de como quedo...

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