sábado, 10 de octubre de 2009

Alas de Dragón I

La historia del grupo que acabaría siendo conocido como las Alas de Dragón comenzó una noche de primavera, cuando un guerrero bárbaro llegó a un cementerio en las afueras de la ciudad de Alexandria, capital del reino del mismo nombre, débil y tambaleante por un conjuro debilitante que un misterioso ser con brillantes ojos rojos le había lanzado.
En el cementerio se encontraba un clérigo de la iglesia de Shiva llamado Garret, junto con su discípulo, Daemigoth, un hechicero
Antes de que tuvieran la oportunidad de ayudarle, se enfrentaron a unos zombies, que aparecieron literalmente del suelo. Aquello fue extremadamente raro, ya que los no-muertos eran más que infrecuentes en aquel tiempo, y más en un terreno consagrado, pero a pesar de ello, los tres lograron reponerse a la sorpresa lo suficiente para despedazar a los cadáveres andantes.
El guerrero bárbaro se presentaría más tarde como Denay, de los páramos del Norte, y aunque fuerte, era algo bajo y delgado comparado con la mayoría de los suyos. Su pelo, era rubio y alborotado, y sus ojos eran de un color azul claro. Llevaba una vieja y sucia cota de escamas con un gorjal que le tapaba casi todo el rostro y estaba armado con un espadón a dos manos.
Garret también vestía una cota de escamas, aunque bastante mejor cuidada, y llevaba sobre sus fuertes hombros una piel de lobo blanco. Con casi dos metros de altura, resultaba imponente, lo que se resaltaba por su atlética constitución, y su pelo blanco y corto. Se defendía con un escudo de madera adornado con el emblema de su diosa, una espada de hielo atravesando una luna en cuarto creciente helada. Estaba además armado con una maza.
Daemigoth, por último, parecía bastante joven, y era bastante bien parecido, atlético, de piel morena, pelo castaño y ojos pardos. Vestía unos simples pantalones de tela y un chaleco rojo, por lo que sólo contaba con su magia para protegerse, y sólo portaba una lanza para defenderse. Quizás por llevar la contraria a su maestro, llevaba en una cinta en su frente el emblema de Wee-Jas, el dios de la magia y de la muerte.
Mientras tanto, tres extraños llegaron, cada uno por su lado, a la misma ciudad, tres personajes bastante diferentes entre sí. Se toparon por casualidad con unos bandidos que trataban de extorsionar a la gente de un pueblo de las afueras de la ciudad, y tuvieron que unir sus fuerzas para poder ponerlos en fuga.
La primera era Gilian, una halfling en busca de aventuras. Al contrario que la mayoría de los de su raza, tenía una expresión bastante seria, y nada en su aspecto denotaba la menor alegría. Era delgada y pálida, con su pelo negro recogido en una simple cola de caballo, y vestía ropas igualmente negras, que incluían un sencillo coselete de cuero, armada simplemente con dos dagas y una ballesta ligera.
La segunda una guerrera elfa de los bosques, exiliada de su tierra tras la larga guerra civil que su reino había sufrido. Su nombre era Kora, y era delgada, como la mayoría de los suyos, con el pelo rubio y los ojos grises. Portaba ropas de elegante confección, y en ningún momento se separaba de su mortífero arco.
Por último, llegó un guerrero enano llamado Thorcrim, de gran estatura para su raza, muy musculoso, aunque con rasgos algo toscos. Su pelo era negro, como su barba, algo corta, lo que indicaba su juventud. Llevaba un martillo de guerra y una pesada lóriga de escamas, así como un gran escudo de madera, además de las herramientas propias de un herrero.

1 comentario:

  1. Asi como comentario, es Cora, no Kora, que no se porque os ha dado la mania de transformarla en anarquista... que si, que esta en contra del poder, pero tampoco es eso...

    Por lo demas muy chulo

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