Dannelle volvió a alzar la cabeza y le miró a los ojos.
-“¿Te crees que no lo sé? Sé que habrías hecho lo que hubiera hecho falta por ella. Que habrías vuelto conmigo, y habrías vivido junto a mí para cuidarla. Pero sabía que no era lo que realmente querías. Tú querías ayudar a todo el mundo, combatir el mal y el sufrimiento…no fundar una familia. Tú me querías con todo tu corazón, lo sé, pero a veces sentía que te culpabas por cada minuto que pasabas conmigo y que no estabas salvando el mundo. Y yo te qui… Yo te quería, y no podía soportar que no te permitieras ni un instante de paz. Creí, que podía ayudarte, ¿sabes? Pensé que podría hacer que te perdonaras a ti mismo, y te permitieras ser feliz, pero me equivocaba. Lo nuestro acabó el día en que me di cuenta de que no podía hacerlo, que sólo tú podías. Lo comprendí cuando acabó la guerra y tú seguiste con esas cruzadas de purificación. Tú ibas a continuar cumpliendo con tu deber, y yo ya no podía seguirte.”
-“¿Y crees que no lo habría entendido si me hubieras dicho que estabas embarazada…? ¿Qué clase de hombre te crees que soy?”- repuso agriamente.
-“No lo hice porque estuviera embarazada, no voy a usar a Janice de excusa. Yo sólo… estaba muy cansada. De tanta muerte, tanta lucha, tanta sangre y sufrimiento. No podía más.”- se detuvo un instante, mientras que unas lágrimas escaparon de sus ojos –“¿Tan egoísta era querer un poco de paz? Tu querías seguir luchando, saldando esa deuda que crees tener con los dioses y con el mundo. Pero lo peor es que sabía que lo habrías dejado todo por Janice, que la habrías cuidado, que la habrías querido como me querías a mí, pero también sé que no te habrías sentido en paz contigo mismo, que no te permitirías ser feliz en esas circunstancias. Te amaba y no habría podido soportar el saber a cada momento que en realidad habrías deseado estar en cualquier otro, salvando a los inocentes, pero quedándote con nosotras por que era tu deber… Eso habría hecho que muriera un poco cada día. Y no estaba dispuesta a que mi hija, nuestra hija, creciera sabiendo eso. No podía permitirlo…” se detuvo otro instante. Su voz se quebraba por momentos, mientras sus ojos se anegaban de lágrimas.
“Tuve la esperanza de que te liberaras de tus fantasmas cuando acabaran las cruzadas, cuando hubieses terminado de instruir a la siguiente generación de paladines que protegieran el mundo. Soñaba que entonces querrías volver conmigo y me buscaras, y con Janice podríamos haber sido una familia. Lo preparé todo por si ocurría, ¿sabes?”- volvió a detenerse, como si necesitara tomar aire –“Pero no fue así. Después de la cruzada vino otra, y después otra, y luego te dedicaste a patrullar los caminos como vigilante, sin dejar de instruir a más y más paladines. Sin sentir en ningún momento que ya habías hecho suficiente y que te podías permitir vivir tu propia vida, ni siquiera un poco... Sí, estaba lejos de ti, pero sabía todo eso. No faltaban noticias de tus hazañas. Cuando las oía siempre me sentía orgullosa de ti, pero triste porque significaban que aún no te habías perdonado a ti mismo. Y además, Val venía de vez en cuando a echarme una mano y me hablaba de ti, y de todos los demás. Intentó mediar para que volviese contigo, como hace tanto tiempo… Ya la conoces. Algunas veces también ha venido Garret, que también me hablaba mucho de ti.”
-“¿Qué? ¿Me estás diciendo que Garret lo sabía y no me dijo nada?- exclamó Kayiron. Le costaba creerlo, aunque sabía que era cierto. Se sintió traicionado por el clérigo, aún asumiendo que hubiera prometido no hacerlo.
Dannelle asintió –“Ellos no tienen la culpa de esto, no tienes nada que reprocharles. Los dos intentaron convencerme de que te lo dijera, pero les hice prometer que no te dirían nada.”- Sonrió con amargura durante un instante-“. ¿Sabías que Val estaba pensando en casarse con Garret entre otras cosas para obligarnos a reencontrarnos durante la ceremonia?”
Kayrion negó con la cabeza. Sabía que después de tantos años de relación parecía que al fin se iban a decidir a dar el paso, pero no se había imaginado que ese fuera uno de los motivos. Se sentía demasiado aturdido para decir nada al respecto en ese momento.
-“Por eso no te dije nada. Sé que tenías derecho a saberlo… Sé que estás furioso, te sobran motivos para estarlo, y sé que no puedo esperar que lo comprendas o que me perdones algún día. Yo pensé, creí, que lo que hacía era lo mejor para los dos, y también para Janice. Supongo que no tiene demasiado sentido, pero creí que era mejor la esperanza de que algún día podría tener un padre que la querría de todo corazón a tener realmente un padre con el corazón y el alma divididas. Seguramente sea una estupidez, y sé que no puedo compensaros por todo este tiempo de ninguna manera. Por negarte a ti la oportunidad de conocer a tu hija y a Janice la oportunidad de conocerte a ti y ni siquiera puedo decir que no hubiera algo de egoísmo en lo que hice.”- Su voz se apagó entonces, como si hubiera soltado todo lo que llevaba dentro. Se apoyó en una pared, con aspecto de estar exhausta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario