Kayrion cabalgaba tranquilamente a través del campo. Enfundado en su armadura y a lomos de su corcel celestial se sentía totalmente seguro. El mundo había vuelto a ser un lugar bastante pacífico, como no lo había sido desde hacía muchos años. Casi no se acostumbraba a poder viajar tranquilo, sin mayor preocupación que la salubridad de la siguiente posada o castillo en el que se hospedaría. Casi.
Los monstruos que antaño habían asolado esas tierras eran ahora muy escasos y se mostraban menos osados que en el pasado. La mayoría se había retirado a tierras más lejanas. Los bandidos humanos o similares habían retrocedido en igual manera. Tras la Cruzada de Purificación que había seguido al fin de la Guerra de los Gemelos muchos habían sido llevados hasta la justicia, y otros tantos habían decidido pasarse a profesiones más honradas. Ya no era infrecuente cruzarse con pequeños grupos de caballeros patrullando por los caminos, muchos de los cuales le reconocían. Ahora era un héroe, aunque le costaba mucho considerarse como tal. A pesar de que prefería dejarle la notoriedad a otros, lo cierto es que era uno de los paladines más poderosos del continente, uno de los pocos que habían sobrevivido a la guerra. La mayoría de los demás eran muchachos muy jóvenes, que habían entrado en la senda durante la fase final de la guerra o durante las cruzadas de purificación. Y para muchos de ellos, sobre todo a los que había adiestrado él mismo, era un auténtico modelo a seguir, su ídolo, uno de los elegidos que habían luchado para proteger a la Invocadora y habían desterrado muchos de los males de lo que algunos historiadores comenzaban a llamar la Era del Sufrimiento. No es que fuera tan universalmente conocido como Garret, el nuevo sumo sacerdote de Shiva, pero lo prefería. Sin duda se lo merecía mucho más que él, pero el caso era que ahora todos eran héroes. De vez en cuando se veía con algunos de sus antiguos compañeros, lo que siempre era agradable para recordar los escasos buenos momentos en un mundo que parecía desmoronarse sin remisión. Menos a Dannelle, claro, a ella no la había vuelto a ver tras la última gran batalla hacía seis o siete años. La salvaje de los páramos, como aún la recordaba, no había participado en el proceso de pacificación posterior. Le entristeció recordarla, pero al momento sacudió la cabeza y apartó aquello de su mente. Aquella relación jamás podría haber prosperado, y aún menos en tiempo de paz. Dejarlo fue lo mejor para ambos. Sonrió con algo de amargura pensando en lo que pensarían algunos de los jóvenes paladines que tanto le admiraban si supieran que él también tenía problemas tan mundanos como los sentimentales.
El caso es que ahora se dedicaba a ir de castillo en castillo, pasando revista a las guarniciones y a los grupos de caballeros que habían jurado proteger campos y ciudades, así como mantener a raya a los gnolls y goblinoides que con tanta sangre y sudor se había expulsado de aquellas tierras. Todos respetaban a estos guerreros y a la justicia que representaban. Muchos les tenían incluso cierto temor a causa de su mala conciencia. En algunos casos, eran gente de pasado dudoso con delitos que esconder, pero a menudo simplemente se trataba de gente que se sentía culpable de haber sobrevivido donde tantos otros, a menudo más virtuosos, habían muerto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bueno gente, bajo la nueva etiqueta de relatos variados voy a empezar a dar salida a viejos relatos que tengo por ahí guardados. Este es el inicio de un relato doble que escribí hace tiempo, justo cuando abandonamos la campaña anterior. Se supone que es un sueño de Kayrion el paladín, ayudante de Garret, mientras estaba congelado en el hielo para mantenerle vivo a pesar del parásito. Como es un poco largo lo publicaré por entregas, pero no os preocupéis, eso no significa que vaya a abandonar los relatos de los Alas de Dragón, que seguro que esperáis con avidez, especialmente los que no tubísteis la oportunidad de vivir aventuras tan memorables. Bueno, imagino que os interesará, porque si es por los comentarios que habéis puesto...
ResponderEliminarMuy chulo el relato. Fíjate, si al final van saliendo cosas de debajo de la alfombra.
ResponderEliminarLo que no entiendo es porqué crear una etiqueta "relatos variados" habiendo una "relatos" es por despiste, mala fé o puro boicot? :P
Os recuerdo al resto que si tenéis algún relato o dibujo que hayáis escrito me lo mandáis y yo lo cuelgo.
Sirven relatos en papel? que de esos tengo la tira...
ResponderEliminarBueno, si algun mes de estos finalmente arreglamos la zona de cataluña ya aprovechare para pasarlos a electrónico y mandaroslos para que puedas postear algunos de ellos
PD: No te comento la Historia Javi, que esta ya la lei, y creo que ya te dije en su moemnto que me gusto