Increíble… Hacía sólo un segundo le miraba como si le estuviese perdonando la vida y ahora se ponía así por ver cómo había hecho la imposición de manos. La niña se puso con cuidado de pie encima de la cama para asegurarse de que el pie ya no le dolía y sin previo aviso se puso a dar saltos sobre la cama. Kayrion no pudo reprimir una sonrisa pensando en los rápidos cambios de humor de la niña. Digna hija de su madre, de eso no cabía duda. Cuando la niña le vio sonreír dejó de saltar y se volvió hacia él. Volvió a poner un intento de cara seria, pero aún menos convincente que antes.
-“Bueno, te perdono que me hicieras pupa en el pie. Pero todavía estoy enfadada, ¿eh? Bueno, a lo mejor no tanto como antes, pero bueno… Pero sigo enfadada.”- se quedó en silencio durante un instante antes de decir. “Pero si te portas bien a lo mejor te perdono por lo de no estar aquí antes. Y que sepas que si me fío de ti es porque mamá me lo ha pedido, que si no, no me fiaba. Porque conozco a un montón de niños que sus padres no son buenos o que no tienen. Está Jamie, que no tiene papá, y Joser, que sí que tiene pero que no vive con él desde hace mucho, o Denil, que sí que tiene papá y es muy simpático pero no es su papá de verdad, sino el novio de su mamá, porque su papá de verdad era muy malo y les pegaba. Y a Jansen su papá también le pegaba, pero su mamá se vino aquí con él para que no le pegase más. Pero su papá vino un día y dijo que les iba a obligar a volver a su otra casa, pero no le dejaron y al final mamá le echó de aquí. Y creo que el papá de Joser también vino una vez y también le echaron, pero no me acuerdo muy bien porque fue hace mucho tiempo. Tú no irás a pegarle a nadie, ¿verdad?”
La pregunta le sorprendió, pero respondió sin dudar.-“Pues claro que no voy a pegarle a nadie. Te lo juro por lo más sagrado.”
-“¿Y eso es algo muy importante? ¿Es como prometer?”
-“Más o menos, es aproximadamente lo mismo.”
-“Pues vamos a ver, levanta esta mano.”- dijo alzando la mano derecha. Al instante la bajó de nuevo y alzó la izquierda dubitativa antes de volver a bajarla.-“Oye, ¿cual era la mano para prometer?”
Kayiron alzó su mano derecha sin vacilar-“Esta, Janice, es esta.”
Jani alzó también su mano derecha-“Vale, ahora promételo por algo que te importe mucho.”
-“Te juro por mi honor de Templario que cuidaré siempre de ti y de tu madre, que nunca os abandonaré, y que pase lo que pase, jamás os haré daño de ningún tipo.”
-“Qué largo te ha salido. Yo siempre prometo por Pip.”- dijo señalando al cachorrito, que sintiéndose mencionado prefirió esconderse debajo de la cama. –“Oye, ¿me dejas que te pregunte una cosa?”
-“Claro, lo que tú quieras.”
-“¿Por qué no vivís juntos mamá y tú? Porque mamá es la mejor y ella te quiere mucho. A veces me habla mucho de ti, pero luego se pone triste cuando cree que ya me he dormido. No le digas que algunas veces me he hecho la dormida pero estando despierta, pero es verdad. Algunas veces hasta la he visto llorar… ¿Es que tú no la querías? ¿O es que no querías estar conmigo?”
Al paladín se le hizo un nudo en el estómago. El saber que esa pregunta tenía que llegar tarde o temprano no le ayudó demasiado a sentirse preparado para la misma. Tenía decidido que no podía reconocer que había desconocido su existencia hasta hacía apenas una hora, aquello sería traumático para Jani y podría volverla contra su madre, algo que Kayrion también se resistía a hacer, y más ahora que comenzaba a comprender que él no era el único que había sufrido los últimos añós.-“Bueno… Yo quería mucho a tu madre. Más de lo que te puedas imaginar Ella... es muy especial. Supongo que ya lo sabes. Y desde luego que sí quería estar contigo. Tú también eres muy importante para mí, no sabes cuanto."-hizo una breve pausa buscando en vano las palabras.-"Es algo bastante complicado…”
-“Pero eso no es verdad. Lo de que las cosas son complicadas. Las cosas son muy sencillas. Bueno, casi todas. Eso, que las letras esas que usáis para escribir el común sí que son difíciles, o las sumas que me pone mamá, pero casi todo lo demás es muy fácil. Los mayores sólo decís que algo es muy difícil cuando no lo queréis explicar. Es como cuando Marie le preguntó a la profe de dónde venían los niños, que no veas la cara que puso. La profe, no Marie. O cuando le dije a mi tía Val si me podía enseñar a usar su espada. Porque mi tía Val tiene una espada, ¿lo sabías? Y es una genial, con mucho filo, pero no me deja cogerla y…”
Kayrion suspiró, aliviado por la escasa capacidad de mantener la atención de Janice. Al menos le daba tiempo para idear una buena respuesta ante la inevitable pregunta sobre su ausencia. Suponiendo que algo así existiera...
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